jueves, 21 de julio de 2011

LAS PENAS, CON GNOCCHI...


“ He observado que entre los españoles,tengan o no un trato íntimo,hay un intercambio de tacto, algo muy certero, una forma de contacto que es más evidente que en otras culturas y creo que eso tiene que ver con el dolor. La fisicalidad de los italianos tiene que ver con el placer, pero aquí tiene que ver con el consuelo". John Berger


Mi padre hablaba a menudo de “platos consoladores”. Se refería a la capacidad que tienen algunos platos de influir en el estado de ánimo de las personas, aquellos capaces de animarte o hacerte sentir mejor, al menos por un rato.

Hay muchos de estos platos en la gastronomía española: la paella, las lentejas, un cocido o un gazpacho manchego podrían ser algunos ejemplos. Lógicamente también los hay en Italia. Hoy quiero escribir sobre los gnocchi de patata, por ser un plato sencillo que es capaz de resultar el más suculento de los manjares.

Tienen, además, un valor añadido: es un plato artesanal, puesto que, si quiere disfrutar plenamente de ellos, no hay más remedio que elaborarlos manualmente. Ese proceso ayuda a evadirse un rato y olvidar los problemas de la vida diaria. Ahora que vivimos tiempos oscuros en muchos sentidos, los gnocchi pueden ser un pequeño antídoto.

Son originarios del norte de Italia, más concretamente de Piemonte. Para combatir la hambruna de 1690 se comenzó a utilizar la patata, pues se había perdido la cosecha de trigo de aquel año. Luego se convirtió en tradición entre los campesinos celebrar con gnocchi el día 29 de cada mes en la plaza del pueblo. Debajo de su plato, cada comensal colocaba una moneda para atraer la fortuna económica. Esta tradición luego pasó a Argentina donde hoy todavía se practica en muchos hogares.

La receta: 1 kg de patata + 200 gramos de harina (normal). Mejor si la patata es vieja (más harinosa), mejor si se cuece al vapor (hervidas cogen más agua), mejor si se aplastan con un pasapurés que con un tenedor, mejor si el puré se mezcla caliente con la harina y no se amasa demasiado. Hay que poner un poco de sal, estirar a mano la masa en tiras de grosor homogéneo y cortar los gnocchi del tamaño más similar posible con un cuchillo (sino cada uno requerirá de distinto tiempo de cocción). Para darles la forma hay muchas técnicas, yo los aplasto en el centro un poco con el dedo y los acabo de formar rodándolos ligeramente contra la mesa. Luego los piso un poco con un tenedor para proporcionarles sus características estrías.

Se pueden congelar y echarlos directamente al agua caliente (mejor si no hierve demasiado) cuando se desee. Estarán cocidos en cuanto floten (apenas unos minutos). Siempre combinan mejor con una salsa grasa o gelatinosa que se adhiera bien a su superficie, como una salsa con mantequilla, o de nata y/o queso o una espesa de carne o pescado.